El sábado, el Centro Cultural Resurgimiento celebró los 20 años de su inauguración. Hubo muestras de talleres, números de danzas, videos proyectando su historia y todo quedó regado con un generoso brindis final. Resurgimiento es un proyecto hecho realidad y también un mojón que refresca la potencia de lo que se puede lograr con participación

Andrea Fontanella es presidenta de Centro Cultural Resurgimiento, Artigas 2262, desde 2019. Ella, junto a Alberto Cattan, actual director de cultura de la entidad e integrante del grupo que inició el sueño, oficiaron en la tarde del sábado 15 de julio de anfitriones y presentadores de las actividades que se dieron cita para festejar los 20 años de la inauguración del centro cultural.

En el escenario desfilaron números de danza y de música, performance de algunos de sus talleres y también se proyectaron videos con parte de su rica historia. En el festejo estuvieron presentes varios de los fundadores que hoy integran la comisión directiva que recibieron su reconocimiento, así como aquellos que hoy trabajan y sostienen Resurgimiento.

Entre los que hicieron uso de la palabra estuvo Daniel Saint Hilaire quien fuera presidente del centro cultural durante varios años y fue referente de la Asamblea de Jonte y Artigas desde donde se dio el impulso inicial para la transformación de un edificio que en 2002 se encontraba abandonado.

Saint Hilaire se encuentra hoy encabezando la lista para la Comuna 11, encolumnado detrás de Jorge Macri. Su intervención apuntó a una breve reseña de la historia y a resaltar la importancia de contar en el barrio con las actividades que brinda el espacio. También recordó que junto al centro cultural se construyó la sede del Cesac 34 que ha brindado atención a miles de vecinas y vecinas, también desde hace 20 años.

Tuvo un momento para resaltar el esfuerzo que fue sostener el espacio en pandemia y luego volver a posicionarse como referencia cultural de este sector del barrio de Villa del Parque identificado profundamente con Paternal. Todo terminó con emoción y brindis.

2002

Si bien la inauguración de Resurgimiento es en julio de 2003, la historia comenzó una año antes, aunque ya el proyecto estaba en la cabeza y los corazones de varias y varios de los vecinos que habían conocido la vieja sede de Argentinos Juniors, abandonada por 18 años.

En diálogo con Hormigas y Cigarras, Daniel Saint Hilaire volvió a su infancia y a las actividades que se desarrollaban allí: “Para mi el pasado de este lugar no es desde hace 21 años sino desde mis 10 años, porque tiene que ver con la idea de la recuperación, pero también con que yo jugaba ahí adentro. Y recuerdo que aquel lugar no era tan rico, no tenía tantas actividades culturales ni los servicios que brinda el centro de salud. Era como una oficina de Argentinos Juniors y yo me dedicaba a ir al bufete a jugar a los autitos, al flyper”

En 2002, producto del estallido popular de diciembre de 2001, estos barrios y en general toda la ciudad, se poblaron de participación en formato asambleario. La Asamblea de Jonte y Artigas no fue de las primeras, pero sí de las más numerosas y rápidamente tomó la propuesta de recuperar ese edificio de la calle Artigas, oscuro, sucio, abandonado.

En el invierno de ese año se sucedieron numerosas tomas de lugares encabezadas por asambleístas, como la pizzería La Alameda frente al Parque Avellaneda, la Ideal, otra pizzería en Villa Urquiza a pasos de la estación de tren, la sede del ex banco Mayo en Caballito sobre la avenida Ángel Gallardo, un viejo mercado en Palermo, entre otras recuperaciones.

Estos espacios corrieron diferente suerte, algunos continúan con actividades al día de hoy, otros lo hicieron hasta hace muy poco brindando a los barrios que acompañaron esas acciones, espacios para diversas actividades. Es en ese contexto es que los vecinos que integraban la Asamblea de Jonte y Artigas dan inicio a la recuperación del lugar y para lograrlo dieron pasos diferentes al resto.

La Recuperación

Así lo explica Daniel Saint Hilaire: “Yo sabía que la toma, por la toma misma es muy complicada porque vos la tenés que prolongar en el tiempo, entonces siempre supe que lo tenía que pedir o de alguna manera si lo tomaba iba a necesitar el recurso del Estado (…) Las asambleas venían tomando y a nosotros nos parecía más piola pedirlo y eso hicimos, se lo pedimos a Anibal Ibarra. Yo creo que fue la coyuntura y nosotros la aprovechamos. Ellos también lo aprovecharon políticamente en ese momento porque pudieron construir con los vecinos.”

No todo el camino estuvo allanado, los vecinos de aquel momento tuvieron que juntar firmas para respaldar el proyecto y en una semana juntaron 10.000. “Tengo los originales guardados” manifiesta Saint Hilaire con orgullo y nostalgia.

Resurgimiento y el Cesac 34 se encuentran en dos momentos distintos de sus historias. El primero recobrando el protagonismo cultural disminuido por la pandemia y el Cesac colapsado y necesitando urgentemente una nueva sede. Pero más allá del futuro, el espacio en su conjunto es un testimonio de lo que se puede lograr con participación colectiva.
Imágenes – Redes sociales de Resurgimiento

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